Desde sus inicios, la agricultura a pesar de traer una inmensa ventaja a las poblaciones humanas, siempre se ha sabido que tiene sus propios riesgos, desde las condiciones climáticas desfavorables para los cultivos, las malas prácticas agrícolas, y el problema más antiguo y en muchos casos el más devastador se trata de las plagas, entre las más devastadoras se encuentran plagas de insectos, plagas bacterianas, virales o fúngicas.
Las plagas han existido desde que antes de los seres humanos mismos, gracias al fenómeno de la coevolución, donde un depredador (plaga) se alimenta de su presa (plantas fructíferas) y en respuesta a esto, las plantas han desarrollado adaptaciones genéticas para defenderse de las plagas, desde desarrollar sistemas de señalizaciones que actúan similar al sistema inmune de los animales, así como defensas químicas y enzimáticas, barreras físicas como paredes celulares gruesas, espinas, e incluso desarrollo de sustancias que resultan venenosas para ciertos organismos. Pero en respuesta a estos cambios en la fisiología vegetal, los mismos organismos que actúan como plagas también han desarrollado con el pasar de las generaciones sus propias modificaciones genéticas para saltarse las barreras que las plantas adaptaron para su supervivencia. Las evidencias no dejan de asombrar a investigadores ya que muchas de las que se manifiestan estas dinámicas son muy creativas e imaginativas para la madre naturaleza, está el ejemplo de la especie de mosca blanca Bemisia tabaci que en sí es una plaga muy común y que al estudiarse se observó que esta es inmune a muchas de las toxinas que las plantas producen en respuesta a insectos predatorios, se teoriza que para esta especie hace varios millones de años hubo transferencia horizontal de genes de una planta hacia la mosca blanca donde un virus pudo ser el vehículo que confirió el gen de resistencia al insecto.
Con la formalización de la agricultura en años de práctica y prueba y error los humanos agricultores han desarrollado técnicas y sustancias capaces de controlar la aparición de organismos perjudiciales, los cuales también han evolucionado a través del tiempo para mayor eficacia y menor repercusiones en el ambiente o la salud, por ejemplo la evolución de las sustancias de control biológico de origen químico que usualmente consistían en organoclorados o fosforados u otros compuestos activos que a la larga o su uso excesivo tenían repercusiones negativa en el ecosistema al dañar a los organismos benéficos en el suelo y que además eran perjudiciales a la salud, sustancias como glifosato entre otras; y la evolución y descubrimiento de nuevas tecnologías han permitido la implementación de nuevas medidas de acción como plaguicidas de alta especificidad con ingredientes activos como sustancias orgánicas u hormonas que mantienen las plagas a raya sin ser perjudiciales para el ecosistema, las plantas o la salud de los trabajadores y consumidores.
Lo que nos ha permitido llegar hasta el punto donde nos encontramos hoy y para combatir eficazmente las plagas de cultivos, ha sido esencial conocer su biología y su ciclo de vida. Cada plaga tiene un ciclo único que incluye etapas como la puesta de huevos, larvas, pupas y adultos. Comprender estas etapas es fundamental para identificar cuándo y dónde atacar a las plagas con precisión.
Una de las razones más importantes para conocer los ciclos de vida de las plagas es la prevención. Si se sabe cuándo y cómo se desarrollan, es posible implementar estrategias preventivas en el momento adecuado. Esto reduce la necesidad de utilizar pesticidas y otros métodos drásticos que pueden ser perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana.
Actualmente las medidas para control y prevención de plagas más comunes y que se encuentran relativamente al alcance de todos los agricultores son las siguientes:
- Pesticidas Selectivos: La investigación científica ha llevado al desarrollo de pesticidas selectivos que afectan específicamente a ciertas plagas sin dañar a otros organismos beneficiosos. Esto minimiza los efectos secundarios negativos en el ecosistema.
- Control Biológico: Se ha fomentado el uso de enemigos naturales de las plagas, como insectos depredadores o parásitos, para mantener sus poblaciones bajo control. Esta técnica es sostenible y reduce la dependencia de productos químicos.
- Rotación de Cultivos: Cambiar los cultivos en un área a lo largo de las estaciones puede interrumpir los ciclos de vida de las plagas y reducir su prevalencia.
- Tecnología y Monitoreo: La tecnología moderna, como drones y sensores, permite monitorear los campos de cultivo de manera más efectiva, identificando problemas antes de que se conviertan en epidemias.
- Educación y Formación: La capacitación de agricultores en prácticas de manejo integrado de plagas es fundamental para implementar estrategias efectivas y sostenibles de control de plagas.
Estas herramientas en conjunto con las Buenas Prácticas de Agricultura han dando a productores las armas necesarias para continuar con su oficio y de esta manera contribuir a que la inocuidad de los alimentos y la salud de los consumidores se mantenga intacta. La tecnología y personas interesadas en el sector agroalimentario trabajan constantemente para traer métodos innovadores para mejorar y resolver este tipo de problemáticas para el campo. La implementación de sustancias orgánicas como los bioestimulantes que fortalecen a las plantas de cultivo y su morfología para desarrollar una resistencia mejorada a los ataques de organismos patógenos de manera orgánica y sin alterar el equilibrio planta-suelo; entre otras soluciones.
Así como también se han desarrollado modelos matemáticos encargados de predecir el comportamiento y la aparición de plagas a lo largo del año o ciclos de cultivo. Estos son métodos más complejos pero muy interesantes ya que recopilan la información de los cultivos que se desean manejar, además de la información del territorio como la geografía, tipo de suelo, las condiciones climatológicas, temporadas de sequías y lluvias, y por supuesto la información biológica de las plagas a estudiarse; sus ciclos de vida, etapas reproductivas, condiciones óptimas de desarrollo y apareamiento, los cultivos por los que presentan afinidad y mayor incidencia, entre otras razones. Muchos de estos modelos se encuentran aún en una etapa experimental y requieren de afinaciones, pero se espera que en un futuro no muy lejano estén al alcance de todos, los cuales actualmente ya existen diversas plataformas con un mecanismo aproximado funcional pero aún requieren de mayor precisión.
Conocer los ciclos de vida de las plagas de cultivos es esencial para proteger nuestra seguridad alimentaria y el medio ambiente. La historia de la agricultura está llena de ejemplos de soluciones innovadoras desarrolladas por la humanidad para controlar estas amenazas de manera efectiva y sostenible. A medida que enfrentamos desafíos globales como el cambio climático y la creciente población mundial, la comprensión de los ciclos de vida de las plagas y la aplicación de medidas adecuadas se vuelven aún más cruciales para garantizar un suministro de alimentos seguro y sostenible para las generaciones futuras.
Cuéntanos qué te pareció este Newsletter sobre plagas y sus ciclos, comenta si alguna vez has tenido problemas con alguna plaga o qué medidas has utilizado o conoces.
Fuentes:
- https://www.koppert.es/retos/control-de-plagas/escamas-y-piojos-harinosos/phenacoccus-solani/
- https://www.tecnologiahorticola.com/comportamiento-insectos-modelos-matematicos/
- https://academica-e.unavarra.es/xmlui/bitstream/handle/2454/34635/TFG%20Sara%20Valencia.pdf?sequence=1&isAllowed=y
- https://valenciafruits.com/conocer-ciclo-vida-plagas-agricolas-clave-combatirlas-eficacia/
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